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21 Nov

PSICOFÁRMACOS Y SINHOGARISMO EN BARCELONA

<p>Este último verano, el periodista especializado en desigualdades y derechos humanos de TV3 Ferran Moreno, a través de un reportaje (16/06/2024) ponía en primer plano un aspecto de la realidad de las casi 1.400 personas que viven en la calle en la ciudad de Barcelona. En este colectivo se ha ido extendiendo el consumo de psicofármacos como el Rivotril o la Lyrica que consiguen en el mercado de reventa ilegal, o de los blísteres rechazados que encuentran más de una vez removiendo por los contenedores. Dos psicofármacos -una benzodiazepina (Clonazepam) y un anticonvulsivo (Pregabalina) respectivamente- que se recetan normalmente para el dolor, la ansiedad generalizada o para tratar las convulsiones de tipo febril o epilépticas, con un efecto sedante, tranquilizante y que actúan como inductores del sueño. Se calcula que el 50% de las personas sin hogar hace consumo de estas sustancias. La motivación es obvia, quieren alejarse y olvidar la conciencia de precariedad en la que viven cotidianamente, de las pérdidas que arrastran, del desarraigo en el que se encuentran, buscando una forma de aislamiento mental psicofarmacológico que sustituya la protección de las paredes de una vivienda, queriendo evadirse de las sensaciones de vergüenza, de abandono y despersonalización que han de soportar en el interior de la gran metrópoli.</p> <p> </p> <p>En los últimos años, algunas de las personas sin hogar que han entrado en tratamiento en el CECAS relatan también consumos indiscriminados de estos dos psicofármacos concretos, pero también de otros, como habitualmente se ha ido haciendo en décadas pasadas. Unos psicofármacos que ponen en riesgo su salud, pues pueden provocar reacciones adversas y crear dependencia. Como dice en el reportaje la doctora Montse Pérez López, fundadora de Salut Sense Sostre y voluntaria colaboradora del Hospital de Campaña de la Parroquia de Santa Anna de Barcelona que atiende a esta población, si hace unos años atrás las bolsas de disolvente y el Trankimazin (también una benzodiazepina) eran las sustancias más usadas de forma clandestina por la gente de calle, ahora lo son el Rivotril y la Lyrica. Aunque no ha desaparecido el consumo de otras benzos y otras sustancias.</p> <p> </p> <p>Seguramente faltan medios para abordar las problemáticas particulares de estas personas, en las que su historia de vida y proyecto vital parece haber quedado parado en el marco de una especie de población anónima que convive diariamente entre nosotros. En el reportaje, Ester Aranda, miembro de la Dirección de Reducción de Daños de la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD), pone énfasis en esta falta de recursos, y nos recuerda que "los psicofármacos han estado en el mercado ilegal desde que existen" y que el foco del problema en el fondo no debe buscarse tanto en la sustancia, sino en otros factores que causan el sinhogarismo.</p> <p> </p> <p>Ferran Moreno acaba la información periodística dando las cifras oficiales del Departamento de Salud de la Generalitat de la cantidad de personas que estuvieron recetadas con estos psicofármacos el año pasado: 184.000 recetas de Lyrica; 87.000 de Rivotril. Muchas de las cajas pueden contener hasta 56 pastillas.</p> <p> </p> <p>Aquest final de reportatge ens hauria d’interrogar i orientar la mirada cap a una altre cara de la  mateixa realitat. Són poques receptes?, són moltes?, són les necessàries?...són la realitat que tenim ara. Des de fa més de mitja dècada Espanya ha passat de ser el segon país del món en administració de psicofàrmacs, a ser el primer. El primer era Portugal. Segons l’informe de la JIFE (Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes) avui dia Espanya és el primer país del món en índex de consum per 100.000 habitants de benzodiazepines, medicaments psicotròpics -com dèiem- utilitzats fonamentalment per tractar casos lleus d’ansietat, insomni i trastorns emocionals. 50 dosis diàries per cada 1.000 habitants. Aquestes dades reafirmen les que l’AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios) han anat reflectint.</p> <p> </p> <p>Es paradójico y hasta grotesco que la Península Ibérica, un destino turístico tan valorado por los visitantes que vienen a disfrutarlo por sus múltiples cualidades, tenga tan elevado el índice de prescripción de psicofármacos.</p> <p> </p> <p>Part de l’explicació probablement apuntaria cap el sistema de salut de l’atenció primària. Uns dispositius estressats, amb falta de recursos, que han d’engolir molts dels malestars de la població i en el que els metges de família es troben col·lapsats. Moltes de les problemàtiques relacionades amb trastorns depressius, d’ansietat, emocionals, del son... no són derivades a l’especialista per llargues llistes d’espera, i el metge del CAP acaba receptant algun psicofàrmac com a remei. En el sistema de salut espanyol, la falta d’especialistes en el sector clínic de la salut mental també és una realitat. La ratio de psiquiatres en el SNS espanyol és d’11 psiquiatres per cada 100.000 habitants, quan a França, Noruega o Alemanya la dupliquen, i és 5 vegades més elevada a Suïssa. Si parlem de psicòlegs, per cada 100.000 habitants la ratio espanyola és de 6, mentre que la mitjana europea és de 18. Catalunya i Navarra en tenen 12, però per exemple Andalusia té una ratio de 3. Moltes de les problemàtiques que comporten algun tipus agut de patiment emocional transitori podrien tractar-se amb algun psicofàrmac temporal, però necessitarien sobretot algun tipus de suport psicoterapèutic que disminuís l’ús d’unes substàncies que també poden crear dependència. Processos de pèrdua, de separació, d’ansietat per inseguretats i pors, de depressió per conflictes propis del cicle vital, que haurien de tenir algun tipus de suport i acompanyament temporal en unes societats com les nostres, cada cop més líquides, més <em>conectadas</em>pero en realidad con menos calidad de <em>vínculos</em> afectivos para compartir la intimidad entre las personas y poder elaborar de forma natural estas crisis evolutivas. Y según las estadísticas, los jóvenes y adolescentes son los colectivos que más lo van sufriendo. Cada vez se ve más claro y los esfuerzos de los sistemas de salud deberán incrementar este servicio.</p> <p> </p> <p>Aparte de esta cuestión, la picaresca de los usuarios de la salud pública y la falta de control hace que las recetas de Rivotril u otras benzodiazepinas aumenten y circulen por el mercado negro vendiéndose fácilmente. El volumen de estas sustancias dentro del mercado clandestino no es menor. Desde hace unos años el mercado ilegal de Rivotril y otras benzodiazepinas se ha desplazado a Marruecos donde se mezcla con hachís y se consume como droga llamada karkubi o droga de los pobres, exportándose cada vez más también a España y al resto de Europa. Una mezcla de sustancias que en ocasiones puede también contener anfetamina, y que consumida con alcohol resulta una combinación potente que produce estados al mismo tiempo de euforia y relajación, que crea confusión, alucinaciones y cierto estado de alerta y energía que puede favorecer comportamientos agresivos, reacciones adversas para el organismo y desencadenar trastornos mentales latentes.</p> <p> </p> <p>Pero aunque vaya mejorando la atención primaria y se racionalice la administración de psicofármacos, las personas sin hogar continuarán con la necesidad de sobrevivir material y mentalmente, encontrando otras sustancias para evadirse, porque los parámetros que crean su situación son otros, más complejos y relacionados con problemas de fondo de carácter psicosocial, socioeconómico y cultural que sufren nuestras sociedades.</p>

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